El lunes es para mí, con diferencia, el peor día de la semana.
Pensándolo mejor es el peor día del mundo.
Sin embargo, hoy a primera hora de la mañana y nada más incorporarme al trabajo me encuentro con una gratísima sorpresa, qué gratísima… ni nada, una sorpresa maravillosa que arregló el día.
Voy a contarles la historia:
Una amiga, de la que ya hablé el viernes, ha debido quedar muy contenta con su collar "no demasiado largo y discreto con algo rojo"
Esta amiga tiene una "particular" empresa.
Este fin de semana se ha puesto manos a la masa y me ha preparado lo que yo voy a denominar una merienda para dos. Carol, que así se llama, hace Carolas, unas sabrosísimas galletas.
¿no me digan que no son una monería?
Las galletas que ha hecho para mí tienen formas de: mamá gallina, sus polluelos, mariposas, flores, setas y huevos ...
Esta es la tarjeta de Carol por si alguien tiene alguna fiesta pendiente y quiere contar con sus galletas.
Sólo espero que su collar le haya gustado, aunque sólo sea, la mitad de lo que a mí me han gustado sus Carolas.
GRACIAS JUAN CARLOS,
GRACIAS CAROL.