Después de hacer todo tipo de combinaciones y barajar posibilidades entre collar con hilos, con cadena, broche... paro de trabajar. Cuando no lo veo claro a la primera, lo dejo descansar.
Procuro que, la que considero mejor posibilidad, repose sobre la mesa, de manera que la tenga siempre a la vista y mantengamos un estrecho y continuo diálogo de miradas cómplices y siempre, siempre hay un final; o carpetazo definitivo y archivo o resuelvo con toda claridad.
Ahora mismo me encuentro en ese punto que precede al final.
De repente me percato de que algo chirría y preparo una nueva roseta, monto la combinación con algunos cambios, decido que será un collar con cadena y "voilá"
Aún está sin coser, pero ya está preparado.
Y eso es lo que tiene algo que es único: tiene su propia historia.
3 comentarios:
Bonito proceso.
A ver si la gente entiende de una vez el valor de "la pieza única" y para de "regatear", que esto está pareciendo un zoco.
Que precioso te ha quedado, es genial!!!
besos
Me encanta, va lindísimo!!!!
Feliz semana!
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